«...me resigno de antemano a que esta labor mía, obra al fin de un autodidacto y de un solitario, resulte en algunos puntos manca é imperfecta, a pesar de todos mis esfuerzos...» Historia de los heterodoxos españoles, Marcelino Menéndez Pelayo (1880-1882).

jueves, 12 de noviembre de 2015

Las fiestas del pueblo, hace 100 años

Este mes se celebran las fiestas patronales de nuestro pueblo en honor a san Andrés apóstol, en las que también se incluyen las dedicadas a santa Lucía durante la conocida como «Octava de San Andrés».

Como curiosidad, aquí les dejo las notas de prensa aparecidas en los periódicos hace exactamente un siglo que, aunque escuetas, aluden a nuestros festejos.


Fiestas en honor a san Andrés.
Fuente: La Opinión, 19 de noviembre de 1915.

Fiestas de sta. Lucía.
Fuente: Gaceta de Tenerife, 11 de diciembre de 1915.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Los cementerios de San Andrés (parte segunda)

¿Un cementerio en la calle de la Cruz?

La tradición asegura que bajo la actual calle de Celia Rodríguez Gómez existió un cementerio, hecho que queda relacionado con la presencia de una gran cruz de madera en el lugar desde principios del siglo xx. Sin embargo, no he encontrado documentación referente a este cementerio fuera de la tradición oral, pues la única mención aparece en el artículo San Andrés y su héroe Vicente Talavera  de Juan Carlos Cardell (2007) que creo se apoya en la misma tradición.

La Cruz, década de 1950. Foto cedida
por Carlos García.
Situar cronológicamente este cementerio resulta complicado, pero personalmente barajo la siguiente hipótesis:

Este camposanto pudo ser el primero en ser creado tras la fundación parroquial en 1747 (Viera, 1772-3/1950), y puede ser que estuviera ligado al brote de alguna epidemia en la localidad, como lo estuvieron los cementerios creados en el siglo xviii y como hemos visto más tarde pasaría también en San Andrés.1 ¿Por qué? Parece poco probable que en una comunidad pobre como lo era nuestro pueblo por aquellas fechas se dedicaran recursos a construir un cementerio antes de las obligaciones reales de 1787, cuando ni siquiera Santa Cruz contaba con uno propio (Cioranescu, 1978). Sólo la desastrosa implicación de una epidemia pudiera justificar el esfuerzo de crear un lugar de enterramiento.

Otro punto a favor de esta hipótesis es el lugar elegido para abrir las tumbas. Hay que tener en cuenta que aún a finales del siglo xviii las viviendas del pueblo se apiñaban en torno a la iglesia, no llegando más allá del principio de la calle del Sacramento en dirección al barranco (Pulido, 1979). Así las cosas, y teniendo en consideración que los primeros cementerios civiles creados a lo largo del xviii se construían anejos a los templos, ¿por qué se enterró en un punto alejado teniendo la iglesia solares libres junto a ella? ¿Quizás por el temor a la propagación de alguna enfermedad?

De lo que no cabe duda es de la relación entre la calle de la Cruz, o su transversal, y su uso como lugar de enterramiento en algún momento de nuestra historia.

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Fuentes consultadas:
  • ARNAY DE LA ROSA, M. & PÉREZ ÁLVAREZ, A. R. (2002). «Estudio de un espacio sepulcral del siglo XVIII en la iglesia de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife» Tabona: Revista de prehistoria y de arqueología, 11, 131-168.
  • CARDELL CRISTELLYS, J. C. (2007). La Palma, francesa y otros artículos sobre el 25 de Julio. Ediciones Idea.
  • CASTRO BRUNETTO, C. J. (1992). «La parroquia de Santa Cruz en el siglo XVI: arte e iconografía». Revista de Historia Canaria, 176, 063-076.
  • CIORANESCU, A. (1978). Historia de Santa Cruz de Tenerife, 4 tomos. Santa Cruz de Tenerife: Confederación Española de Cajas de Ahorro.
  • PULIDO MAÑES, T. (1979). El barrio de San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife. La Laguna: Selecciones Gráficas.
  • SANTONJA, J. L. (1988-9). «La construcción de cementerios extramuros: un aspecto de la lucha contra la mortalidad en el Antiguo Régimen». Revista de Historia Moderna, 17, 33-44.
  • VIERA Y CLAVIJO, J. (1772-3/1950). Noticias de la historia general de las islas Canarias (edición definitiva). Santa Cruz de Tenerife: Goya Ediciones.

viernes, 23 de octubre de 2015

Los cementerios de San Andrés (parte primera)

En breve se celebrará el día de Finados o Fieles Difuntos, fecha en la que los vecinos y vecinas del pueblo aún visitamos el viejo cementerio de la playa, limpiando y embelleciendo las tumbas de nuestros familiares.

Con motivo de esta fecha sigue a continuación un artículo sobre los diferentes lugares de enterramiento que ha tenido nuestro pueblo a lo largo de su historia.1


Cementerio de la playa, entre la Montaña de San Roque
y Las Teresitas. Foto propia.


Primeros enterramientos

Como desde su origen San Andrés había dependido en lo eclesiástico de las parroquias de la Concepción de La Laguna primero y de la de Santa Cruz después —a partir de 1539 (Castro, 1992)—, y dada la costumbre antigua de sepultar en el interior de las iglesias, parece probable que la mayoría de los fallecidos en el valle fueran enterrados en estas parroquias. Sin embargo, tampoco es descartable la hipótesis de que se llevaran a cabo algunos entierros en la propia ermita de san Andrés apóstol, construida en la década de 1510, dado la dificultad en las comunicaciones del valle con el resto de la isla.

En 1747 el obispo de Canarias eleva la ermita a la categoría de parroquia (Viera, 1772-3/1950), siendo a partir de este momento cuando se pueden consumar los enterramientos en el propio valle, donde parece que se continuó con la práctica de enterrar en el interior de las iglesias.2 Sin embargo, en 1787 el rey Carlos III dispone que en los lugares se comiencen a construir cementerios para dejar de enterrar en el interior de los templos dada la insalubridad de tal práctica (Santonja, 1988-9).


El cementerio viejo

El tanatorio se levanta en el solar que
ocupara el
cementerio viejo.
Foto propia.
Las primeras referencias a la construcción de un cementerio en el pueblo datan de 1814, cuando, según Cioranescu (1978), «el ayuntamiento de Santa Cruz pide a la Diputación que autorice al cuerpo municipal de San Andrés a que aplique a la fábrica de su cementerio los intereses del medio diezmo impuesto en toda la isla en 1808». No obstante, es en 1828 cuando finalmente se construye (Madoz, 1849), localizándose en un solar en la trasera de la iglesia donde actualmente se levanta el tanatorio.

El cementerio viejo perduraría hasta finales del siglo xix, cuando las terribles circunstacias obligan a su cierre, como explico en el siguiente apartado. No obstante, su recuerdo sigue vivo entre los vecinos y vecinas de San Andrés.3


El cementerio de la playa4

En octubre de 1893 se propaga en Santa Cruz la epidemia de cólera morbo afectando especialmente a nuestro pueblo, donde fallecen hasta cuarenta vecinos (Quintana, 1992). A causa del gran número de fallecidos se sobrepasa la capacidad del cementerio (Crónica, 1896). Además, debido a la naturaleza infecciosa de la enfermedad urge la necesidad de habilitar un nuevo recinto más apartado del vecindario. Se ocupan entonces unos terrenos próximos al barranco entre la montaña de San Roque y la playa de Traslarena, creándose el nuevo y último cementerio de San Andrés hasta la fecha.

El último cementerio fue cerrado en 1964
en vísperas de la transformación de la playa.
Foto propia.
A pesar del carácter provisional de este camposanto —el ayuntamiento de Santa Cruz proyectaba construir uno nuevo hacia 1900 (Cioranescu, 1978)—, y después de no pocas dificultades, finalmente se consolidó como definitivo cuando las Administraciones procedieron a realizar una serie de reformas y a construir los muros de cerramiento en 1911 (Sección de noticias, 1911). En 1930 se le añade una pequeña habitación para autopsias, también utilizada como capilla.

Los enterramientos perdurarían hasta el año 1964 cuando, debido a los intereses de creación de una gran zona turística,5 se clausura y los vecinos difuntos son llevados al cementerio municipal de Santa Lastenia.


Notas:
1. También en este mes de octubre se cumplen 122 años de la epidemia de cólera morbo que afectó especialmente a nuestro pueblo.
2. Según informaciones orales cuando se reformó el templo en los años setenta se encontraron restos humanos bajo el suelo de la capilla mayor.
3. Aún hoy se denomina popularmente Cuesta del Cementerio a la que existe en la calle del Rosario, aunque ya es más usual referirse a ella como Cuesta de Domingo por el estanco de don Domingo Perdomo (DEP) que hubo en ella.
4. Como curiosidad, imágenes de nuestro cementerio fueron incluidas en el disco Achtung Baby del grupo irlandés U2, quienes estuvieron en Tenerife en febrero de 1991 (Pérez, 2011). 
5. El cementerio ha peligrado en varias ocasiones, pues desde el Ayuntamiento se ha intentado erradicar del paisaje de la playa. En el proyecto del arquitecto Dominique Perrault para Las Teresitas de 2003, se mantenía en un principio bajo una cúpula de cristal, idea que fue desechada en el proyecto final a un nivel por debajo del centro comercial y aparcamientos conocido como Mamotreto. Finalmente el Ayuntamiento ha dado protección patrimonial al cementerio, incluyéndolo en el Catálogo de Patrimonio Etnográfico Edificado (Ayuntamiento, 2013).

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Fuentes consultadas:
  • ARNAY DE LA ROSA, M. & PÉREZ ÁLVAREZ, A. R. (2002). «Estudio de un espacio sepulcral del siglo XVIII en la iglesia de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife» Tabona: Revista de prehistoria y de arqueología, 11, 131-168.
  • AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE. (2013). Plan General de Ordenación de Santa Cruz de Tenerife. Catálogo de Protección. Fichero del catálogo del patrimonio arquitectónico y urbano. Santa Cruz de Tenerife: Autor.
  • CARDELL CRISTELLYS, J. C. (2007). La Palma, francesa y otros artículos sobre el 25 de Julio. Ediciones Idea.
  • CASTRO BRUNETTO, C. J. (1992). «La parroquia de Santa Cruz en el siglo XVI: arte e iconografía». Revista de Historia Canaria, 176, 063-076.
  • CIORANESCU, A. (1978). Historia de Santa Cruz de Tenerife, 4 tomos. Santa Cruz de Tenerife: Confederación Española de Cajas de Ahorro.
  • Crónica (27 de mayo, 1896). La Opinión.
  • GALLARDO PEÑA, M. (2000). «Los cementerios de Santa Cruz de Tenerife». Tebeto: anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura (Islas Canarias), 13, 313-342.
  • MADOZ, P. (1849). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar: Canarias. Tomo XV. Madrid: Establecimiento tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti. 
  • Las obras de Las Teresitas comenzarán a principios de 2004. (2003, abril 12). El Día.
  • PÉREZ, J. A. (2011, 20 de noviembre). 20 años del ‘Achtung Baby’ y la presencia en Tenerife de U2. Diario de Avisos.
  • PULIDO MAÑES, T. (1979). El barrio de San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife. La Laguna: Selecciones Gráficas.
  • QUINTANA NAVARRO, F. (1992). Informes consulares británicos sobre Canarias (1856-1914). Las Palmas de Gran Canaria: Seminario de Estudios Históricos Canarios del Centro Asociado de la UNED. 
  • RODRÍGUEZ, Z. (2011, septiembre 7). El Día.
  • SANTONJA, J. L. (1988-9). «La construcción de cementerios extramuros: un aspecto de la lucha contra la mortalidad en el Antiguo Régimen». Revista de Historia Moderna, 17, 33-44.
  • Sección de Noticias. (1911, octubre 3). La Región, p. 2. 
  • VIERA Y CLAVIJO, J. (1772-3/1950). Noticias de la historia general de las islas Canarias (edición definitiva). Santa Cruz de Tenerife: Goya Ediciones.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Toponimia en imágenes: Los Cuchilletes

Comienzo esta serie de entradas dedicadas al rescate toponímico de los valles de San Andrés con una de las formaciones geológicas más destacadas del entorno del pueblo: Los Cuchilletes.1




Ubicados sobre el núcleo de Las Barranqueras en una meseta de la divisoria entre los barrancos del Cercado y de los Charcos de Jagua, se trata de un dique formado por varios pináculos y bloques de piedra que sobresalen en el terreno basáltico de alrededor. Sus vertientes noreste y este son abruptas, hallándose aquí las cabeceras de las barranqueras del Moral, de las Higueras Nuevas y de La Longuera. Su vertiente oeste es sin embargo más suave, descendiendo hasta las llanadas de El Saltadero.

Su punto máximo alcanza una altitud de 373 metros sobre el nivel del mar, y posee una rica y variada vegetación con especies propias de los matorrales de los antiguos bosques termófilos canarios. Destacan las poblaciones de cardenillos Ceropegia dichotoma, jócamas Teucrium heterophyllum y retamas blancas Retama rhodorhizoides, y la presencia de algunos ejemplares de codeso Adenocarpus foliolosus y brezo Erica arborea. Asimismo, sobresale la presencia de un tipo de margarza o margarita endémica del macizo de Anaga que se encuentra en grave peligro de extinción (Bañares y otros, 2011).

En cuanto al aspecto humano del lugar, existen en la banda de Jagua una pequeña cabaña integrada en el risco, así como antiguas cadenas de huertas abandonadas, tajeas y una cantera de bloques de tosca colorada.


Etimología

La palabra cuchillete proviene del canarismo cuchillo usado en algunas islas con el sentido de 'elevación de terreno alargada y afilada', y la incorporación del diminutivo -ete (Morera, 2002).



Notas: 
1. También son llamados Cuchillos o Cuchillo del Saltadero, y en algunas páginas de internet se le suele denominar en femenino: Las Cuchilletas.


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Fuentes consultadas:
  • BAÑARES, Á., G. BLANCA, J. GÜEMES, J.C. MORENO & S. ORTIZ, eds. (2011). Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España. Madrid: Dirección General de Medio Natural y Política Forestal y Sociedad Española de Biología de la Conservación de Plantas.
  • CONSEJO INSULAR DE AGUAS DE TENERIFE. (2011). Rescate de la toponimia cartográfica de los barrancos de Tenerife. Santa Cruz de Tenerife: Autor.
  • GRAFCAN (2013). «Sistema de Información Territorial», Infraestructura de Datos Espaciales de Canarias [en línea]: http://visor.grafcan.es/visorweb. Gobierno de Canarias. [Consultado: 27 de septiembre de 2015]. 
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL. (2012). Mapa Topográfico Nacional 1:25.000. España: Ministerio de Fomento.
  • MORERA PÉREZ, M. (2002). Diccionario histórico-etimológico del habla canaria. Santa Cruz de Tenerife: Editorial Leoncio Rodríguez. 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Belza: una calle para dos hermanos

Que Santa Cruz, o más específicamente su Ayuntamiento, desprecia su propia historia es de sobras conocido. Su interés no va más allá de la celebración de la Gesta del 25 de julio, y esto se ve reflejado incluso en el callejero del municipio tal y como ha denunciado el cronista Luis Cola Benítez en varios artículos de prensa.1

En lo que respecta a San Andrés, este desinterés se refleja en el curioso caso de la denominación de la calle de Belza.


De Plaza al Mar a Belza

La calle de Belza se extiende desde la plaza de la Iglesia hasta la calle del Dique, siendo una de las primeras calles del pueblo en constituirse allá por el siglo xviii (Pulido, 1979).

La calle se denominó originalmente calle de la Plaza al Mar (Pulido, 1979) hasta que a principios de 1896 un grupo de vecinos del pueblo solicitaron al Ayuntamiento de Santa Cruz el cambio de denominación de varias calles. La petición fue finalmente aprobada por unanimidad del pleno municipal en sesión del 12 de agosto.

A la mayoría de las calles se le pusieron nombres de santos, mientras que unas pocas fueron dedicadas a personas que habían contribuido a mejorar en alguna manera la situación del pueblo. Este fue el caso de la calle de Belza, dedicada a Rafael Belza y Monagas (1837-1930), importante personaje de la vida tinerfeña que fue el iniciador del proyecto de la carretera de Taganana (Gaviño, 2013), obra que posibilitó una increíble mejora en las comunicaciones del pueblo con la capital.2


¿Rafael o Bartolomé?

Pero, ¿por qué las actuales placas indican que se llama calle de Bartolomé Belza si en realidad fue dedicada esta vía pública a Rafael? Volvemos aquí al principio de esta entrada: la falta de detalle histórico del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz.
C/ de Belza, antigua Plaza al Mar.
 
A continuación expondré mi hipótesis particular sobre este cambio de denominación, pero antes ¿quién fue Bartolomé Belza? Pues nada menos que el hermano menor de nuestro protagonista, y aunque fue también un personaje importante de su época, su principal trabajo fue la fotografía y su campo de actuación se centraba en el valle de La Orotava.3

Opino que el error se pudo deber a que la calle fue originalmente nombrada como Belza, sin más, y eso indicaban las placas primigenias, por lo que cuando fueron cambiadas durante el proceso urbanizador que experimentó San Andrés en las décadas de 1970 y 1980, el Ayuntamiento, no prestando atención a la Historia, le adjudicó la calle al hermano equivocado.

Sin embargo, según algunas fuentes, el cambio se debió en realidad a las presiones de una descendiente de Bartolomé que, con el apoyo de la asociación de vecinos del pueblo, logró que se cambiara la denominación en algún momento entre 1993 y 1995.4


Notas:
2. Rafael Belza fue alto funcionario del Ministerio de Hacienda, director de la Casa de la Moneda, interventor general de la Administración del Estado y presidente del Casino de Tenerife (Guimerá, 1977).
3. Bartolomé Belza y Monagas (1839-1928) fue director del Jardín Botánico de La Orotava, interventor de Registros del Puerto de la Cruz y bibliotecario del Liceo de Taoro (Gaviño, 2013) 
4. Información proporcionada por Quique Melián: «Esa calle tenía el rótulo de Belza hasta que una hija del tal Bartolomé, siendo presidente de la Asociación de Vecinos Manuel el Primo en su primer "mandato", hizo lo imposible para que le pusieran el nombre de su padre. Esto lo sabíamos Benjamin Cova y yo, y se lo comuniqué a la Asociación, pero hicieron caso omiso y la señora salió con la suya...». La fecha del cambio se puede precisar teniendo en cuenta que Manuel Cruz el Primo comenzó a dirigir la AAVV en 1993.


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Fuentes consultadas:
  • Crónica. (1896, 3 de febrero). La Opinión.
  • Edicto. (1896, 29 de agosto). La Opinión.
  • GAVIÑO DE FRANCHY EDITORES (2013). Los Belza y su Gabinete Fotográfico [Mensaje en un blog]. Recuperado de http://lopedeclavijo.blogspot.com.es/2011/09/los-belza-y-su-gabinete-fotografico.html
  • GUIMERÁ PERAZA, M. (1977). «El Pleito de Galdós (1896-1899)». Actas del Primer Congreso Internacional de Estudios Galdosianos, 01, 080-105.
  • PULIDO MAÑES, T. (1979). El barrio de San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife. La Laguna: Selecciones Gráficas.
  • San Andrés y El Suculum eligen mañana la junta directiva de la AA.VV. (2002, 31 de agosto). El Día.

sábado, 25 de julio de 2015

San Andrés y la Gesta del 25 de julio

Dedico esta entrada a una nueva efeméride, esta vez, el 218 aniversario de la famosa Gesta del 25 de julio de 1797 en la que el inglés Horacio Nelson fue derrotado por los tinerfeños.

Como se sabe el castillo de San Andrés tuvo un papel muy secundario en el acontecimiento, pues lo más famoso que hizo fue cañonear a los barcos ingleses cuando estos ya se habían rendido y se retiraban de la isla. Su participación principal fue la de resultar como elemento disuasorio para posibles desembarcos en esta zona.1

Sin embargo, en esta entrada voy a destacar algunos hechos que, aunque menores en el conjunto de la Gesta, merecen ser recordados por cuanto atañen a nuestro pueblo.


Acontecimientos previos

Cerro de la Atalaya. En este lugar se colocaba
una bandera para dar avisos a Sta. Cruz.
Foto propia.
Desde 1796 estaba la isla prevenida por haberle declarado el rey Carlos IV la guerra a Gran Bretaña debido a las intromisiones inglesas en el comercio español con América.

En el mes de mayo de 1797 se hace colocar a los vecinos de San Andrés una bandera en lo alto de la Montaña del Valle2 para dar aviso al puerto de Santa Cruz en caso de que el vigía de Anaga, que se hallaba en la Atalaya de Igueste, avistara barcos enemigos.

A principios del mes de julio dos fragatas inglesas se acercan al valle persiguiendo a una embarcación majorera que huía a refugiarse bajo el castillo. Los ingleses abrieron fuego contra la fortaleza, siendo respondidos por esta, pero finalmente los ingleses se hicieron con el barco cargado de pasaje, grano y ganado.


La Gesta

El 22 de julio pasó el mando del castillo a manos de Bartolomé Miranda, capitán grancanario que se hallaba de paso en Tenerife, cediendo la gobernación del fuerte el castellano Salvador Agustín de Vera. El día 24 otro navío inglés se acerca a la costa, ahuyentándolo el castillo a cañonazos.

El 25 de julio se produce el verdadero ataque al puerto de Sta. Cruz, firmándose la rendición de los ingleses ese mismo día. No obstante, las malas comunicaciones entre Sta. Cruz y S. Andrés hicieron que en el valle no se conociera la capitulación, por lo que, al ver aparecer las naves inglesas llevadas cerca de tierra por la calma, el castillo abrió fuego, malogrando la nave comandante y una lancha bombardera. Los ingleses respondieron al fuego bombardeando el castillo y algunas casas. Tal fue la fuerza del ataque que un cañón del castillo reventó, matando al artillero Vicente Talavera e hiriendo al subteniente Salvador Agustín de Vera y a algunos más.



Notas:

1. Conocida es también la actuación de una campesina que, viniendo del valle de San Andrés a vender los frutos del campo a Sta. Cruz, dio la voz de alarma a la guarnición de Paso Alto sobre la presencia de los ingleses en las proximidades.
2. Este lugar aún conserva la denominación de Cerro de la Atalaya o Atalaya de San Andrés, y fue reutilizada por los militares a partir de la II Guerra Mundial.


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Fuentes consultadas:
  • CARDELL CRISTELLYS, J. C.
    • (2004). Los desertores en la gesta del 25 de julio. Santa Cruz de Tenerife: Idea de Turismo y Comunicación.
    • (2007). La Palma, francesa y otros artículos sobre el 25 de Julio. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea.
  • CIORANESCU, A. (1978). Historia de Santa Cruz de Tenerife, 4 tomos. Santa Cruz de Tenerife: Confederación Española de Cajas de Ahorro.
  • COLA BENÍTEZ, L; GARCÍA PULIDO, D. & ONTORIA ONQUILLAS, P. (1997). Fuentes documentales del 25 de julio de 1797. Tenerife: Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y Ministerio de Defensa.
  • GRAFCAN (2013). «Sistema de Información Territorial», Infraestructura de Datos Espaciales de Canarias [en línea]: http://visor.grafcan.es/visorweb. Gobierno de Canarias. [Consultado: 24 de julio de 2015]. 
  • GUIMERÁ RAVINA, A. (1981).  «Dos relaciones sobre el ataque de Nelson a Santa Cruz de Tenerife». Anuario de Estudios Atlánticos, 27, 209-238.
  • HERNÁNDEZ BARROSO, B. s/f. Mi pueblo. San Andrés a través del tiempo. Manuscrito no publicado.  
  • HERNÁNDEZ MORÁN, J. (1982). Reales despachos de oficiales de milicias en Canarias. Madrid: Ediciones Hidalguía.
  • RUMEU DE ARMAS, A.(1991). Canarias y el Atlántico, piraterías y ataques navales. (2ª ed.). Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria.

domingo, 28 de junio de 2015

El primer alcalde de San Andrés

San Andrés, principios del siglo xx
Foto: FEDAC

El 28 de junio de 1518 se nombra al primer alcalde del incipiente núcleo de San Andrés, cumpliéndose en el día de hoy 497 años de este hecho.1


El alcalde real o de lugar

Después de la colonización se estableció en Tenerife el modelo de municipio castellano, en el que toda la isla constituía una única entidad administrativa, con sede del concejo o cabildo en La Laguna y organizado en torno al gobernador, regidores y otros cargos (Suárez, 2002).

Después de que van surgiendo los diferentes núcleos de población, y cuando llegaban a determinada consolidación, se podían nombrar alcaldes y alguaciles para hacer cumplir las órdenes del concejo. El alcalde poseía ciertos poderes ejecutivos y judiciales, constituyendo la representación del concejo y siempre sometidos a su autoridad (Báez & González, 2006).


El primer alcalde de San Andrés

El nombramiento del primer alcalde de San Andrés coincide con el período en que toma cargo de gobernador de Tenerife el licenciado Sebastián de Brizianos, que se encontraba realizando un juicio de residencia al Adelantado Alonso Fernández de Lugo.

Así, en sesión del cabildo de 28 de junio de 1518 se dice (Rosa & Serra, 1965):

«En 28 de junio nombra [Brizianos] alcalde del valle de San Andrés y su término a Miguel Hernández, y alguacil a Gonzalo Mexía»

La referencia a un «término» aparejado al núcleo principal hace pensar en que la jurisdicción de estos cargos sobrepasaba el valle e incluía los de Igueste de San Andrés y posiblemente el del Bufadero (Báez & González, 2006).


Importancia histórica

El cargo de alcalde de lugar se desempeñó en San Andrés ininterrumpidamente en los siglos posteriores, posibilitando este hecho la constitución del primer ayuntamiento o Junta en 1768 y la consiguiente emancipación como municipio en 1812 (Fortea & Cremades, 1993).


Notas:

1. Hay que advertir que el cargo de alcalde en esta época no se corresponde con el que se ostenta hoy en día.


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Fuentes consultadas:
  • BÁEZ HERNÁNDEZ, F.; GONZÁLEZ ZALACAIN, R. J. (2006). «La periferia del poder concejil en Tenerife tras la Conquista: claves para su análisis». Coloquio de Historia Canario-Americana, XVII, 1.948-1.961.
  • FORTEA LÓPEZ, J. I.; CREMADES GRIÑÁN, C. Mª. (eds.) (1993). Política y hacienda en el Antiguo Régimen. Murcia: COMPOBELL S.L.
  • ROSA OLIVERA, L. DE LA; SERRA RÁFOLS, E. (1965). Acuerdos del Cabildo de Tenerife III 1514-1518. San Cristóbal de La Laguna: Instituto de Estudios Canarios.
  • SUÁREZ GRIMÓN, V. J. (2002). «Parroquia y municipio en Canarias». Almogaren, 30, 207-280. 

lunes, 25 de mayo de 2015

Resultados electorales en San Andrés 2015

Aquí pueden consultar los resultados de las elecciones municipales de mayo de 2015 en los dos colegios electorales de San Andrés —CEIP San Andrés y Escuela Estévez La Torre—.


Pinchar en la imagen para ampliar.
Elaboración propia con datos extraídos de las actas de escrutinio.

martes, 31 de marzo de 2015

Los temporales históricos en San Andrés, 2ª parte

El siglo xx comienza como la centuria precedente con varios temporales que afectan de alguna manera al pueblo. El primero sucede el 2 de noviembre de 1904, siendo descritos sus efectos por el diario El Tiempo de la siguiente manera:
...se advirtieron en las calles las huellas que tras de sí dejó la tormenta: cocinas y goros destruidos, fango y piedras por todas partes, y en el paseo construido recientemente á lo largo del barranco, se ve señalado el paso de la imponente avalancha de agua que saltó por encima de la muralla y avanzó hacia el caserío, produciendo la natural alarma en los vecinos y poniendo en grave riesgo sus vidas.

Tal fué la cantidad de piedras y escombros que las aguas arrastraron, que el cauce de dicho barranco se ha elevado unos dos metros sobre su primitivo lecho y avanzando mar á dentro han formado un espigón de unos ciento cincuenta metros.

(…)

Los vecinos del barrio de San Andrés, si bien se encuentran, como es natural, afectados por las pérdidas sufridas y por el peligro de que se han visto amenazados, muéstranse agradecidos, del Excelentísimo Ayuntamiento por la construcción del muro de defensa sin el cual hubiera ocurrido allí estos días uno inmensa catástrofe.1

El 22 de noviembre de 1914 de nuevo las lluvias provocan numerosos daños en las tierras de cultivo, dejando además la trágica muerte de un niño que es arrastrado por las aguas del barranco (El Progreso, 1914). El 4 de enero de 1918 el agua y el viento vuelven a causar daños en las plantaciones y en los montes, nuevamente con una víctima mortal, un niño al que le cae una piedra mientras transitaba por la carretera a la altura de la Muralla Grande (Gaceta de Tenerife, 1918).

La riada del 31-M, que inundó gran parte del pueblo.
Foto: Javier Melián.
Durante los años siguientes se suceden algunos incidentes menores a causa de las lluvias, llevándose a cabo el realce y prolongación de la muralla del barranco en 1923 (El Progreso, 1923).

El 4 de mayo de 1944 tiene lugar otra de las riadas históricas que aún perduran en la memoria de los mayores de San Andrés, y que es conocida popularmente como «temporal de Mayo». Las lluvias fueron fortísimas, llevándose huertas enteras y destrozando varios tramos de la carretera a Taganana, en esos años en ejecución (Martín, 2006). Las lluvias volvieron a causar estragos el 22 de octubre del mismo año.2

Desbordamiento del barranco
durante la riada del 19/10/2014.
Foto: Noemí Gámez.

Durante lo que resta de centuria se suceden varios temporales en 1967, 1971 y 1973, pero sin afectar demasiado al pueblo (Dorta, 2007).

Con la llegada del nuevo siglo se produce uno de los peores episodios relacionados con las lluvias, la célebre riada del 31 de marzo de 2002. El barranco se desbordó por varios puntos debido a que el agua se va acumulando en los diferentes puentes del camino del Cercado, provocando la inundación de gran parte del pueblo y cuantiosos daños materiales, así como una víctima mortal (Marzol, 2002).

El último temporal de lluvia que ha provocado daños sucedió el pasado 19 de octubre de 2014, desbordándose el barranco en su tramo final, anegando la parte baja del pueblo.


P.S. Las fotografías están tomadas del grupo de Facebook Soy de San Andrés, S/C Tenerife.



Notas:
1. Cabe destacar de la anterior descripción esta frase: «avanzando mar á dentro han formado un espigón de unos ciento cincuenta metros», y que parece ser el origen de la zona de El Cabezo.
2. Este temporal fue conocido en Taganana con el nombre de Saturno.


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Fuentes consultadas:
  • DORTA ANTEQUERA, P. J. (2007). «Catálogo de riesgos climáticos en Canarias: amenazas y vulnerabilidad», Geographicalia, 51, 133-160.
  • La tormenta de ayer. (1914, noviembre 23). El Progreso.
  • La tormenta en San Andrés. (1904, noviembre 4). El Tiempo 
  • Los temporales. (1918, enero 6). Gaceta de Tenerife.  
  • MARZOL, Mª V. (2002). Lluvias e inundaciones en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. En ALONSO et all. (Coords) El agua en el clima. Asociación Española de Climatología, vol. 3, (461-470).
  • MARTÍN HERNÁNDEZ, U. (coord.). (2006). Historia general de la comarca de Anaga. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea.
  • Nuestro homenaje. (1923, abril 2). El Progreso.

sábado, 28 de marzo de 2015

Los temporales históricos en San Andrés, 1ª parte

En unos días se cumplen trece años de la riada conocida como el 31-M y, además, en breve comenzarán las obras de encauzamiento del tramo final del barranco de San Andrés que, teóricamente, impedirá la inundación del pueblo de producirse fuertes lluvias.1

Con este motivo, voy a hacer un repaso a los aluviones que han afectado al pueblo a lo largo de su historia.


De los primeros siglos de existencia del pueblo no he encontrado referencias sobre riadas, pero se puede deducir que aunque estas existieran, afectarían sobre todo a las tierras de cultivo de los fondos de valle y a las vías de comunicación terrestres, pues las viviendas se encontraban hasta bien entrado el siglo xviii aglomeradas en torno a la iglesia y lejos del barranco.

La primera noticia que he encontrado sobre los efectos de un temporal aparece en un informe militar fechado en 1724. En este informe, que describe el estado de las fortificaciones de la isla, se dice aludiendo a la torre de San Andrés: «...neçesita (...) reedificarlo desde el fundamento por estar la mitad arruinado...» (Tous, 2012). Esta ruina de la primitiva torre se achaca a una riada, que bien pudo ser provocada por el temporal acaecido el 25 de octubre de 1722 y que hizo estragos en Tenerife (Caballero, 2001).

El castillo, ejemplo de los efectos de los aluviones. Su estado tras los de finales del siglo xix.
Foto: FEDAC.

Y es que el castillo será testigo y víctima de las riadas en más de una ocasión. Gracias a ello, sin embargo, poseemos más datos sobre otras riadas a lo largo del siglo xviii. Así, en la primavera de 1769 la torre vuelve a ser afectada por las aguas del barranco, siendo reconstruida poco después (Tous, 2012).

Con la llegada del siglo xix son más numerosas las referencias a riadas y temporales. Esta centuria comienza con la que se considera la mayor catástrofe natural de esta índole que ha afectado a Canarias: el aluvión de 1826 (Martín, 2011).2

Esta tromba de agua caída entre el 7 y 8 de noviembre se dejó sentir en el pueblo, donde «...hubo 600 fanegas de tierra arrasada, 3.695 varas de paredes perdidas, 5.368 árboles desarraigados. Se arruinaron la iglesia y 7 casas, otras 3 fueron llevadas por las aguas del barranco, 8 animales desaparecieron...» (Cioranescu, 1998).

Nuevamente en el mes de noviembre de 1865, los fuertes aguaceros causan muchos daños, sobre todo en las cosechas: «En el valle de San Andrés los árboles frutales han quedado destrozados: las naranjas, verdes aún, han sido todas arrojadas al suelo; y las ramas, de que pendían se han desgajado y han perdido toda la flor, que prometía frutos abundantes» (Crónica, 1865).

El final del siglo vuelve a ser intenso en cuanto a efectos provocados por las lluvias. Así, a causa de dos barrancadas ocurridas en octubre de 1893 y marzo de 1894, gran parte del castillo es derribada (Tous, 2012).3 Sin embargo, parece que ambos aluviones no afectaron al resto del pueblo, pues nada aparece en la prensa de la época. Sí afectó otro aluvión ocurrido en diciembre de 1899, y cuyos efectos el periódico Unión Conservadora describe así: 
...en la madrugada del día 26 del corriente fué tanta el agua que cayó en aquel valle, que los dos barrancos que desde el monte bajan hasta los alrededores del poblado, se desbordaron, causando considerables daños en las plantaciones y teniendo que lamentar grandes desperfectos en todas las casas (...). Si bien no hubo desgracias personales que lamentar, las pérdidas y desperfectos son muchísimos, pues el agua se llevó al mar gran parte de los terrenos lindantes con ambos barrancos, dejando en completa ruina á muchos propietarios de aquel barrio.
Los efectos de estas barrancadas tienen como resultado la exigencia por parte de los vecinos de la construcción de una muralla que los protegiera, y que se lleva a cabo por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz a principios del siglo xx.4


(Continúa en Los temporales históricos en San Andrés, 2ª parte)



Notas:

1. Para más información véase «La obra del barranco del Cercado alejará más el cauce de San Andrés».
2. Este temporal afectó prácticamente a toda la isla, pero sobre todo a los valles de La Orotava y de Güímar, así como a zonas del Norte como La Guancha. Provocó la muerte de unas quinientas personas y grandes destrozos en construcciones y fincas. La primitiva imagen de la virgen de Candelaria que se veneraba desde época guanche desapareció durante este aluvión (Álvarez y Pérez, 2013). 
3. El castillo se derrumbó porque las aguas excavaron sus cimientos asentados sobre arena, colapsando la estructura que finalmente cedería (Luxán, Fernández, Dorrego & Vicente, 2005).
4. La Muralla formaría parte del paisaje urbano de San Andrés hasta su desaparición en la década de 1980, con motivo de las obras de encauzamiento del barranco y de urbanización de la zona. 


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Fuentes consultadas:
  • ÁLVAREZ GARCÍA, J. D. y PÉREZ PADILLA, M. A. (2013). «Las pérdidas humanas y materiales del aluvión de 1826, según las fuentes parroquiales». La Prensa, revista semanal de El Día, 29-31.
  • CABALLERO MÚJICA, F. (2001). Documentos episcopales canarios. III. De Bernardo de Vicuña. Las Palmas de Gran Canaria: Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas de Gran Canaria. 
  • CIORANESCU, A. (1998). Historia de Santa Cruz de Tenerife. IV. 1803-1977 (2ª ed.). Santa Cruz de Tenerife: Confederación Española de Cajas de Ahorro.
  • Crónica del País (1865, noviembre 11). Eco del Comercio.
  • El Temporal. (1899, diciembre 29). Unión Conservadora.
  • LUXÁN, M. P. DE, FERNÁNDEZ, V., DORREGO F. & VICENTE B. (2005, enero). La Torre del Valle de San Andrés (Tenerife): Técnicas y evolución de su construcción defensiva. Actas del Cuarto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Cádiz, ed. S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, Arquitectos de Cádiz, COAAT Cádiz.
  • MARTÍN, V. (2011, noviembre 12). La mayor catástrofe natural de Canarias que casi nadie conoce. Diario de Avisos.
  • TOUS MELIÁ, J. (2012). La Torre de San Andrés. ¿Merece la pena rescatarla? Santa Cruz de Tenerife: Juan Tous.

domingo, 8 de febrero de 2015

¿Cuándo se fundó San Andrés?

Si algo se echa en falta en la historia local de muchas poblaciones es, sin duda, la fecha exacta de su fundación. Incluso aquellos lugares de los que se ha conservado presentan cierta controversia, como son los casos de La Laguna o Santa Cruz, en los que los historiadores no se ponen de acuerdo en detalles como el día, mes o incluso el año (Rumeu, 1975).

Para poblaciones pequeñas y rurales, que surgen tímidas a la sombra de las grandes villas tinerfeñas, este hecho aparece mucho más sombrío. En esta entrada intentaré fijar los argumentos para establecer una fecha fundacional del pueblo de San Andrés.


La ocupación de la tierra como hecho fundacional

En el caso de la gran mayoría de las localidades de Tenerife no existió un hecho fundacional propiamente dicho, es decir, un acto premeditado de fundar una población en determinado lugar, sino que a una concesión de tierras durante el proceso colonizador europeo le sigue un poblamiento espontáneo en torno a las áreas de cultivo que con el tiempo dará lugar a los diferentes núcleos de población. 

Por ello, se puede considerar como fecha fundacional la del primer repartimiento efectivo, es decir, aquél que dio origen al asentamiento de colonos, pues en muchos casos a un repartimiento no le sigue necesariamente un proceso de colonización, y la tierra vuelve a ser entregada a otros dueños tiempo después (Serra, 1944). Esto es lo que sucedió en el territorio de San Andrés.


El poblamiento de San Andrés

La fundación de S. Andrés se puede
establecer en el año 1498.

Vista del pueblo, 2013. Foto propia.
El primer reparto conocido que alude a la zona de San Andrés se produce en marzo de 1497, cuando el nuevo gobernador Alonso Fernández de Lugo entrega al comerciante genovés Mateo Viña todas «...las tierras de Anaga para que nadie pueda entrar en ellas, entiéndese desde la primera sierra que está del cabo de la torre hasta el valle de la Higuera e los Sauzes aguas vertientes a la mar...» (Serra, 1978).1 Sin embargo, Viña no puebla sus tierras y el gobernador reparte lotes a otros colonos dentro de las propiedades del genovés (Cioranescu, 1998). 

Así, el 8 de febrero de 1498, entra en posesión del valle de las Higueras —San Andrés— Lope de Salazar, piloto esclavista y conquistador (Rosa, 1964).

Salazar pasará enseguida a residir en su nueva heredad, pues ya en 1499 posee casa en su valle,2 y poco después procede él mismo a repartir tierras dentro de sus propiedades a otros colonos amigos suyos «por tener vezindad» (Serra, 1978). Cabe suponer que Lope quiso poner en rápido rendimiento sus tierras, sobre todo teniendo en cuenta que ya debía conocer la zona y su potencial económico (Hernández, 2001).3


Conclusión

Es a partir del repartimiento dado a Salazar cuando el valle de San Andrés comienza a poblarse, por lo que podemos considerar no sólo que él fuera el fundador de la localidad, sino que la fecha de su data sea la de fundación del germen del pueblo.4

Así, San Andrés se constituye como uno de los núcleos de población más antiguos de la isla de Tenerife, cumpliendo en el día de hoy 517 años de existencia


Notas:
1. Esta propiedad abarcaba casi toda la vertiente de sotavento del macizo de Anaga, aludiendo posiblemente la «primera sierra que está del cabo de la torre» a la Montaña de la Altura, junto a la desembocadura del barranco de Tahodio (Cardell, 2007), y el «valle de la Higuera e los Sauzes», según mi hipótesis, al valle de Igueste de San Andrés (Hernández, s.f.).
2. En una data de 17 de mayo de 1499 dice: «...Do a vos [Lope de Salazar] en el valle de las Figueras que es en el vando de Anaga el llano en que están las figueras que está [a] la puerta de vuestra casa...» (Serra, 1978).
3. Lope de Salazar había entablado tratos con los guanches de Anaga desde 1492, posiblemente utilizando el valle de San Andrés como base de negociaciones dada su amistad con la familia guanche de los Ibaute (Hernández, 2001).
4. Hay que indicar que el núcleo de población no se desarrollará como tal hasta la década de 1510 (Martín, 2006) con la construcción de la ermita y los nombramientos de los cargos de alcalde y alguacil para el lugar.


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Fuentes consultadas:
    • CARDELL CRISTELLYS, J. C. (2007). La Palma, francesa y otros artículos sobre el 25 de Julio. Ediciones Idea. 
    • CIORANESCU, A. (1998). Historia de Santa Cruz de Tenerife. I. 1494-1803 (2ª ed.). Santa Cruz de Tenerife: Confederación Española de Cajas de Ahorro.
    • HERNÁNDEZ BARROSO, B. (s/f.). Mi pueblo. San Andrés a través del tiempo. Manuscrito no publicado.
    • HERNÁNDEZ MARRERO, J. C. (2001). «Estructura y dinamismo en las relaciones sociales guanches tras la conquista de Tenerife», Tabona: Revista de prehistoria y de arqueología, 10, 247-266.
    • MARTÍN HERNÁNDEZ, U. (coord.). (2006). Historia general de la comarca de Anaga. Santa Cruz de Tenerife: Ediciones Idea. 
    • ROSA OLIVERA, L. DE LA. (1964). «El Valle de Salazar», Estudios Canarios: Anuario del Instituto de Estudios Canarios, 9, 11-17.
    • RUMEU DE ARMAS, A. (1975). La Conquista de Tenerife (1494-1496). Tenerife: Aula de Cultura de Tenerife.
    • SERRA RÁFOLS, E.
      • (1944). «Taganana», Revista de Historia, 68, 317-325.
      • (1978). Las Datas de Tenerife (Libros I al IV de datas originales). La Laguna: Instituto de Estudios Canarios.